DOCE LUGARES PARA DETENER EL RELOJ (2)

Continuamos con los lugares donde nos hubiera gustado que el reloj se hubiera parado.

7. VENECIA

Dicen que se está hundiendo, y de hecho, cuando sube la marea, el "aqua alta"lo llaman, suena una sirena y San Marcos se inunda y todo el mundo tiene que, si no se quiere mojar, caminar por una pasarela de madera. Es entonces cuando las palomas tienen más dificultades para ser alimentadas.
Venecia es, probablemente, la más peculiar de las ciudades que podamos encontrarnos en Europa. Con apenas 60.000 habitantes, recibe al año más de 15 millones de visitantes. Se la conoce por sus canales, sus góndolas, sus 455 puentes (contando Murano y Burano), la catedral de San Marcos... Es uno de los lugares de mayor romanticismo, aunque tampoco debemos dejarnos engañar, se aprovechan de ello los lugareños, con los elevadísimos precios en sus terrazas y tiendas, sin contar con lo que cuesta subirse a una góndola y que te den un paseo de media hora escasa, no pongo aquí el precio, pues el lector ya sabrá cuán alto es (esta ciudad ha salido demasiadas veces en televisión). Aún así, merece la pena perderse por sus calles, sus plazas, sus canales, sus puentes, el de los Suspiros, el de Rialto...


8. TAJ MAHAL

En el siglo XVII, en Agra, India, el emperador musulmán Shah Jahan ordenó construir un mausoleo como homenaje a su esposa favorita, Mumtaz Mahal, que murió al dar a luz a su 14ª hija. Dicen que es el más bello ejemplo de arquitectura mogola, y es mundialmente famoso por el carácter romántico de su inspiración. Ya no resulta tan conocido que sus arquitectos se basaron en otro diseño para realizar esta edificación, el de la tumba del emperador Humayun, situado en Nueva Delhi, cerca del río Yamuna. Los circuitos no suelen llevarte a verlo, y los turistas prefieren muchas veces irse de compras. Ellos se lo pierden. Pero volviendo al Taj Mahal, es patrimonio de la Humanidad, y una de las nuevas 7 Maravillas del Mundo Moderno. Para buena parte del planeta es el monumento más representativo de la India, el más bonito se podría decir, aunque les duela a los indios de religión hinduista, pues el Taj Mahal es musulmán. Los hindues prefieren hablar de los templos eróticos de Kajuraho. La verdad es que India es un pozo sin fondo a la hora de encontrar lugares monumentales en los que perderse y desear que no pare el reloj, lo que contrasta profundamente con la pobreza que podemos encontrarnos en sus calles, unas calles de un país donde en muchos casos no hay alcantarillado, pero sí tienen armas nucleares.


9. PARIS

La "ville lumiere", la ciudad de la luz. Es toda ella un lugar para parar el reloj. No he podido destacar un monumento, ni un barrio. Hay tantísimos sitios, la torre Eiffel, el río Sena, los Inválidos, Notre Dame, el Sacre Couer, la Plaza de la Estrella, con su Arco del Triunfo, los Campos Elíseos, Place Vendome, La Opera, el museo del Louvre, el barrio latino, Montparnasse...
Lo mejor que se puede hacer cuando se llega a esta ciudad es coger un hotel céntrico, aunque se pague un poco más, sólo con desayuno, merece la pena, y patearse las calles. Andar y andar y andar, y olvidarse de todo. De todo excepto de una cámara de fotos. No he vivido aquí ningún "momento Abu Simbel", seguramente porque estuve hace ya muchos años, y por esas fechas mi edad no me hacía plantearme tener que dar gracias a Dios por nada, no como ahora, que los años van pasando, y abrir los ojos cada mañana es ya razón suficiente para ser agradecido. De todas formas, si tengo que destacar un momento especial, diría que el paseo nocturno en Bateau Mouche (perdón si hay algún error, mi francés es inexistente), que nos permite ver iluminados un buen número de monumentos.


10. SUZHOU

En esta ocasión, cuando he pensado en China no lo he hecho ni en Beijing, ni Sang Hai, ni Gui Lin, ni Xi'an...Me he decantado por Suzhou, una "pequeña" ciudad de dos millones de habitantes. Lo he hecho porque, cuando estuve allí, en 2007, apenas una noche, para visitar un jardín típico y una pagoda, di uno de los paseos más agradables que pude hacer en toda China.
Allí pude ver cómo son unos grandes almacenes de ropa, típicos chinos, podríamos decir "El Corte Chino", pude caminar sin apenas turistas occidentales, rodeado mayoritariamente de población autóctona, y pude descubrir, dentro del carácter cerrado y reservado de los chinos, personas que me sonreían. Y, sin embargo, allí tuve uno de los momentos en los que más cerca de casa me encontré, cenando en un Friday,s con una decoración y una atención prácticamente igual al que tengo cerca de casa.
Sin ser Venecia, que no lo es, en Suzhou también hay algunos canales, con sus puentes, como el de la foto, con su toque romántico, lo que me ha hecho decantarme por este lugar. Casi sin quererlo, si los primeros 6 lugares de la otra entrada eran para mí "momentos Abu Simbel", las de ésta están resultando lugares románticos. Suzhou está a sólo una hora en tren de Shang Hai, y es lugar que conviene no perderse.


11. MALDIVAS

Aunque a Pe y Bardem no les funcionó, Maldivas sí es un lugar de esos en los que perderte y conseguir que nadie sepa dónde estás. Es un conglomerado de islas formado por multitud de atolones, cuya capital se llama Male. Es una república musulmana, situada al sudoeste de India. En nuestro caso, llegamos allí procedentes de Varanasi, vía Sri Lanka, en un viaje interminable, con dos aviones y una avioneta que nos llevó hasta el hotel.
Si tienes la suerte de poder perderte por allí, intenta escoger un hotel retirado de la capital, pues así tendrás que ir por el aire, y podrás ver un espectáculo sin igual, con muchas islas e islote que apenas asoman del agua unos pocos metros.
La república de Maldivas es el país que más peligro corre de quedar sepultado por las aguas en el caso de que los polos se derritan. De hecho, hay zonas en las que están construyendo diques para poder sobrevivir.
Pero volviendo al tema de perderse. Elige un hotel, a ser posible con bungalow sobre el agua, píllate una hamaca cerca de la playa, date protección solar (mucha, pero mucha), y relájate. Guarda el reloj en la maleta, y disfruta. ¿Que te apetece un zumo? Pincha en la arena una banderola que te han dado para ese propósito; a los pocos minutos un camarero aparecerá para preguntarte qué quieres. Y luego báñate en esas aguas maravillosas de un azul transparente llenas de vida. ¿A que te apetece?


12. TORRE DE BELEM. 

Iniciada en 1514, bajo el reinado de Manuel I de Portugal, la Torre de Belem es uno de los monumentos más representativos de Lisboa. Levantada sobre el río Tajo, podemos decir que parte de su belleza reside en la decoración exterior, adornada con cuerdas esculpidas en piedra, galerías abiertas, torres de vigilancia en estilo mozárabe y almenas en forma de escudos.
Tuve la suerte de verla en un viaje de trabajo de una semana a la capital de nuestro país vecino. Lisboa es una ciudad con un cierto aire decadente, que invita a pasear por sus calles y empaparse de su ambiente cosmopolita. Lamentablemente no pude entrar, dado que llegué al finalizar la tarde, cuando ya habían cerrado, en el único día que no salí de la oficina a las 9 de la noche (que se diría que un viaje de trabajo es eso, de trabajo, pero de ahí a trabajar durante 12 horas...)
Lisboa está a tiro de piedra, a unas pocas horas en coche, si bien hay que tener cuidado con la forma de conducir de los portugueses (no llega ni de lejos a los indios); en un trayecto de unos pocos metros, entre cruce y cruce, el único día que mi compañero portugués me llevó al hotel, en apenas 200 metros, diría que le dió tiempo a meter cuarta, y dejarse medio neumático en cada frenada. Pero aún así, la Torre de Belem, y Lisboa merecen la pena.

Hasta aquí los 12 lugares en los que me hubiera gustado que el reloj se hubiera parado. Indudablemente hay más, cada uno de nosotros tendrá los suyos propios, se me ocurren sitios como Londres, Nueva York, las cataratas de Iguazú, Petra, etc etc... Eso es lo bueno de viajar, y del planeta. Que hay tantísimos sitios que ver y... lamentablemente, tan poco tiempo...