sábado, 24 de marzo de 2012

OESTE AMERICANO

En esta entrada os vamos a hablar sobre el Oeste de Estados Unidos, sin llegar a la zona costera de California, sino, más bien todo lo contrario, partiendo desde el interior del estado hacia el Este. Para aquellos que os interesa viajar a esta parte del mundo, esta información os puede resultar interesante.

Comenzaremos con el Valle de la Muerte. Situado en la Sierra Nevada, al Este de California y a 481 kilómetros de Los Angeles, es uno de los relieves más áridos del país. El corazón del parque, llamado "Death Valley National Monument" fue creado en 1933, para ser ampliado considerablemente en 1994, a la vez que pasaba a ser considerado Parque Nacional.
Está formado por dos valles principales: El de la Muerte y el Panamint, y ambos están separados del mar por cinco cadenas montañosas, que secan por completo las entradas de aire oceánico portadoras de humedad. Por ello, el Valle de la Muerte es uno de los lugares más calurosos de toda Norteamérica.



Siguiendo el camino más corto, a 266 kilómetros por carretera, y siempre hacia el Este, llegamos a Las Vegas, en el estado de Nevada. Es una comunidad creada en el enorme Desierto Mojave, con el propósito específico de ser un oasis de entretenimiento y casinos para los residentes de Los Angeles que buscaban un poco de emoción en la era de post-guerra. Destaca una ancha avenida que se extiende hacia el norte, por docenas de kilómetros desde el extremo sur hasta el corazón de la ciudad; se trata del Las Vegas Boulevard, comúnmente conocido como "the strip"; a ambos lados están los casinos más importantes, la pirámide del casino Luxor, el casino New York, la Torre Eiffel del casino París, la gran carpa del casino Circo, y la impresionante torre del casino Estratosfera. Pasear en coche por esta calle, especialmente de noche se convierte en una experiencia fantástica gracias a las miles de luces de neón que alumbran la ciudad. Además de por los casinos, Las Vegas también es famosa por su bebida, sus buenos restaurantes, y sus espectáculos; estos incluyen a artistas famosos, bailarinas con poca ropa e, incluso, el Circo del Sol, que hace representaciones en un inmenso teatro construido especialmente para ese fin.
Todos hemos visto en un sinfín de programas de televisión la extravagancia de esta ciudad que nunca duerme, donde casi todo está permitido, famosa también por la facilidad para contraer matrimonio, y de la que se dice que "lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas".

Siguiendo hacia el Este, y dejando un poco de lado la "civilización", tras 463 kilómetros por carretera llegamos al Gran Cañón. Se puede hacer por carretera alquilando un coche, durmiendo en algún hotel cercano, o se puede contratar un tour desde Las Vegas. Los hay que duran 3 horas, pero también que pueden durar más de 12, y que incluyen transporte en avioneta y helicóptero para descender hasta el río Colorado. Éste no es simplemente un cañón, sino un laberinto de cañones, fisuras y quebradas esculpidas en la roca, con formaciones inusuales, mesetas y torres. Las capas sedimentarias expuestas toman una variedad de colores a medida que cambia el ángulo de la posición del Sol. Es verdaderamente una de las grandes maravillas naturales del mundo. Tiene alrededor de 350 kilómetros de largo, y entre 15 y 20 kilómetros de ancho. Sus partes más profundas están en el canal del río Colorado, con una caída de más de kilómetro y medio. El centro para visitantes del extremo sur es el lugar más concurrido por turistas, ofrece las mejores vistas, tiene más servicios y es el centro de más fácil acceso, mientras que el del extremo norte tiene menos atractivos, y cierra de octubre a mediados de mayo.  La mayoría de las personas visitan el cañón desde el sur, con transporte gratuito en autobús hasta los puntos panorámicos.Pero como verdaderamente se aprecia la belleza de este paraje es explorándolo a pie, bajando hasta la base; la ruta preferida es el recorrido "Bright Angel", que sale de la villa Grand Canyon, está bien mantenido y cuenta con varios puntos de agua potable. Los más precavidos sólo exploran distancias cortas, ya que la subida de regreso es mucho más dura que la bajada.

224 kilómetros al norte del Gran Cañón nos encontramos con otro monumento natural de grandísima belleza. El "Antelope Canyon", o cañón del antílope. Se trata de una formación geográfica muy pequeña que está situada al norte de Arizona, por eso los turistas lo suelen pasar por alto, cosa que no deberían hacer ya que es algo verdaderamente curioso de ver.Tan sólo llevará un par de horas como mucho recorrerlo.
Está formado por dos cañones, el superior y el inferior, ubicados a ambos lados de la ruta 98, a unos 8 kilómetros al este de Page, justo antes de la gran planta generadora de electricidad de Navajo. Llegar desde Page es relativamente fácil, pero hay que tener cuidado de no pasarse la entrada, señalizada a mano, con un simple cartel de madera. Desde la AZ98 se toma un camino y se deja el coche en un aparcamiento de tierra donde hay una caravana, y desde ahí un nativo nos llevará en un coche durante otros 5 kilómetros hasta la entrada de la grieta. El nombre "cañón del antílope" se debe a que, cuando fue descubierto, eran comunes en esta zona los rebaños de antílopes. Es un lugar considerado espiritual por los navajos, por lo que se ha de procurar estar en silencio; se recomienda ir a primera hora de la mañana, o última de la tarde si se pretende visitar en una "soledad relativa". 
Y ya para terminar, llegamos al Monument Valley. A 172 kilómetros hacia el Este, es una gran depresión situada entre los estados de Utah y Arizona. Está dentro de la reserva de los indios navajo, cerca de la ciudad de Goulding. Se trata de un valle extraordinariamente famoso por sus curiosas formaciones, y, como no, por aparecer en un sinfín de películas. No es realmente un valle, a pesar de llamarse así, sino una gran extensión de terreno salpicado de cerros rojos rodeados de desierto. Se visita a través de una carretera, para la que es imprescindible vehículos de tracción total. 
Como habéis visto, a lo largo de estos 1606 kilómetros desde Los Angeles, podeis visitar algunos de los lugares más emblemáticos del oeste americano, tanto en entorno urbano como en parajes inigualables. Pero, en esta ocasión, no espereis ver mucha vegetación.

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