jueves, 24 de enero de 2013

AHORRA Y RESERVA TU HOTEL PARA EL VERANO

Aprovecha esta oferta. Reserva ahora tu hotel para el verano, y consigue descuentos de hasta el 20%. Además, si tu reserva supera los 2.000 €, te llevas gratis un trolley samsonite valorado en 130 €.

También puedes reservar para Semana Santa y el puente de Mayo, ya que la promoción sirve para estancias entre el 24 de marzo y el 30 de septiembre... Y pagando ahora sólo 15 € por persona.

Válido para reservas hechas hasta el 11 de febrero de 2.013.

Llámanos, o ven a visitarnos para ampliar la información.


VIAJES JIMBARAN
C/ La Pila 2 (entrada por C/ La Paloma)
28981 Parla (Madrid)
Tfno 91 081 58 09
email viajesjimbaran@almeidaviajes.com
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miércoles, 16 de enero de 2013

EL MES DEL CRUCERO

Si quieres hacer un crucero, ahora tienes una oportunidad inmejorable.

- Reserva por sólo 60 € por pasajero.
- Sin gastos de cancelación hasta  65 días antes del viaje (sólo el importe de la reserva).
- Subvención de hasta 270 € para tu vuelo o tren hasta el puerto de salida (consultar opciones).
- Precio mínimo garantizado. Si la naviera baja el precio hasta 21 días antes de la salida del crucero, te abonamos la diferencia.
- Regalo de Trolley Samsonite. Si compras un crucero por más de 2000 € (excluido tasas y extras como paquete de bebidas).

VIAJES JIMBARAN
C/ La Pila 2 (entrada por C/ La Paloma)
28981 Parla
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viernes, 11 de enero de 2013

ASÓMATE Y MIRA: ESTÁS EN BANGKOK (I)

Has decidido viajar a Tailandia. Quieres algo exótico... Y lo vas a encontrar.

Sales de Barajas, un par de horas de espera, en la sala algunos orientales, empiezas a "respirar" el ambiente. Oyes hablar thai, qué raro es, incomprensible para nosotros. Lllaman a embarcar, bajas el finger, qué bien, Thai Airways usa fingers en Barajas, llegas al avión, las azafatas de la entrada juntan las palmas de las manos, se las llevan hacia la cara y te dicen "sawasdee ja", el saludo típico tailandés. Tú, claro, realmente no sabes qué han dicho, luego lo terminas por aprender. Van vestidas con trajes típicos, posiblemente de seda, muy pulcras, ojos rasgados, pómulos ligerísimamente prominentes, delgadez extrema en la mayoría de los casos.

Wat Pho

Doce horas de avión, vuelo sin escalas, las 7 de la mañana, Bangkok. Aeropuerto de Suvarnabhumi. Dejas la aeronave, pasas el control policial, te ponen el visado, recoges el equipaje y te encuentras con el guía de tu viaje a la salida. Descubres que hablan español, pero con un acento tal que te recuerda a algunos de los chinos que viven en nuestra ciudad.


Te llevan al hotel, te recomiendan una ducha y a dormir.... Ya.... Perder el tiempo durmiendo después de recorrer 10.000 km. Una ducha... Y a la calle.


Krung Thep. La Ciudad de los Angeles. Así es como realmente se llama esta enorme urbe. Lo primero que sientes es el calor, húmedo gracias a la proximidad del río Chao Phraya. Se mezcla con el tráfico, y nos quejamos de nuestros atascos... Pero cómo serían nuestros atascos si en Madrid vivieran 8, 10, 12 millones de habitantes. Empiezas a ver Tuk Tuks, esos motocarros tan típicos para circular, en los que, sin duda, te "comerás" toda la contaminación, pero que no podrás evitar utilizar.

Wat Pho

Luego los contrastes, la modernidad de enormes bloques de cemento y cristal junto con pequeñas casas bajas, algunas verdaderas chabolas. Los lujosos restaurantes junto a pequeñísimas tiendas de ultramarinos donde venden de todo, de los "típicos chinos" que diríamos aquí, visitadas por mochileros que buscan algo de comer lo más barato posible.


Te vas al embarcadero, coges el Chao Phraya express, es como un autobús, pero por el río. No has sacado ticket, no sabes cómo va, llega una cajera/revisora, con un cilindro, te pregunta a dónde vas, tu no la entiendes, no sabes thai, le dices en inglés la parada, que encontraste en un mapa, te dice la cifra, pero ya en inglés, ha visto que no eres oriental, son muy amables. Te coge el billete que le vale, y te da el ticket y el cambio. Ni se te ocurre pensar que te ha timado, porque no lo ha hecho.

Wat Phra Kaeo. Cho fas

El Wat Pho y el Wat Phra Kaeo están muy próximos uno del otro, espectaculares los dos. En el primero el ambiente te envuelve. El sonido de las ofrendas, pequenísimas monedas de curso legal depositadas en cada uno de los incontables cuencos que hay a lo largo del buda reclinado, de casi cincuenta metros de largo, te transporta a otra mundo, con otra velocidad. Empiezas a pensar "¿tendré que volver a casa?". La respuesta es, me temo, sí.


Al final del templo, la escuela oficial de masajes. Poca intimidad, pero super baratos. Mogollón de guiris esperando. Entras, hoy te das un tailandés, luego, o mañana será uno de pies. Descubres la maravilla de los masajes a precio ridículo. Fuera, casi en cada esquina, una casa de masajes, de todos los precio y tipos...

El Ramakien

Entras al Wat Phra Kaeo. Ahí está el Buda Esmeralda (aunque realmente es de jade), muy pequeño para la veneración que sienten por él, también está el palacio real, multitud de templetes, de belleza extraordinaria, y una pared larguísima pintada contando la historia del Ramakien, versión tailandesa del Ramayana hindú, pero con los mismos protagonistas, Sita y Rama, y Hanuman.


Sigues recorriendo la ciudad, ves el barrio chino, el Wat Traimit, con su enorme buda de oro, el Wat Arun, con su prang apuntando hacia el cielo. El tiempo pasa, empiezas a darte cuenta de que estás "que te caes". No has comido para no perder tiempo, pero ya no puedes más. Tienes que volver al hotel. Llevas desde las 9 de la mañana, son las 5 de la tarde, hora Tailandesa, pero has perdido la cuenta del tiempo que llevas sin dormir, tu cuerpo te lo pide. Te vas a la habitación. Mañana será otro día.
Wat Arun