Y no es por casualidad.
Bali tiene un encanto especial. Sus paisajes, sus monumentos, sus gentes, hacen que nuestra estancia allí sea tan agradable, que no deseemos volver. En un viaje de nueve noches de estancia puedes saborear todo lo que esta maravillosa isla nos ofrece.
Sus danzas, como la de Barong y Rangda, o la de kecak, con la música interpretada por la orquesta Gamelan, con instrumentos típicos y únicos.
Su arte. En localidades como Celuk, Ubud y Mas podremos encontrar todo tipo de artesanía, en cuadros, oro y plata, tallas de madera. No te encapriches demasiado de según qué piezas, tal vez no te quepan en la maleta. Y el Batik, una técnica de teñido de prendas muy extendida por el sudeste asiático, pero es en Indonesia donde más se practica.
Sus hoteles de lujo. Podríamos decir que en Bali se puede disfrutar de una forma muy auténtica de lo que representa el auténtico "lujo asiático". Villas enclavadas en medio de la selva, con piscina privada y un patio típico balinés (Bale), donde perderse y olvidarse de la civilización, es muy fácil. Y hoteles junto a la playa donde poder degustar de una buena comida y disfrutar de un relajante masaje balinés bajo un árbol, oyendo el rumor de las olas del mar.
Su arquitectura, tan peculiar, con esas puertas de entrada a los recintos (candi bentar), únicas, partidas...
Y sus santuarios meru, con varias alturas, en impar desde 3 alta 11, dependiendo de la importancia del dios venerado en cada uno de ellos.
Mezclados con paisajes con un encanto especial, como el lago Bratan...
Y sus puestas de Sol, como muestra del romanticismo que se espera encontrar en un destino como éste cuando se trata de una Luna de Miel... Y cuando no, también.
Hay muchos destinos para viajar en el mundo que pueden resultar apasionantes, pero si buscamos uno en el que queramos encontrar naturaleza, arte, buena comida, cultura, romanticismo, tranquilidad, lujo, y unas gentes amables, que te sonríen simplemente con la mirada, Bali es tu destino.
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